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Buenas prácticas para que empleadores logren una inclusión efectiva de las personas con discapacidad

La implementación de buenas prácticas en la contratación de personas con discapacidad no solo promueve un entorno laboral inclusivo, sino que también potencia la productividad, la innovación y la equidad en las organizaciones. Sin embargo, muchos empleadores se enfrentan a desafíos derivados de la falta de recursos adecuados y de una visión limitada sobre la discapacidad.

Asegurar que los procesos de reclutamiento, selección y contratación sean inclusivos

A continuación, se presentan algunas buenas prácticas que facilitan la integración efectiva de las personas con discapacidad en el centro de trabajo:

1. Inducción personalizada: Consiste en adaptar el proceso de inducción a las características individuales de la persona con discapacidad, garantizando que la bienvenida al puesto de trabajo sea inclusiva y accesible.

2. Apoyo interdisciplinario durante el vínculo laboral: Contar con el respaldo continuo de un equipo especializado, que incluya a profesionales de Recursos Humanos, un médico ocupacional y otros expertos según sea necesario, lo cual, garantiza que el puesto y las condiciones laborales sean ajustados conforme a las necesidades de la persona con discapacidad; asegurando un entorno accesible, funcional y seguro.

3. Programa de acompañamiento: Implementar un programa de acompañamiento continuo que facilite la integración de la persona con discapacidad en el entorno laboral. Esto incluye asignar compañeros de trabajo que ofrezcan apoyo constante en las tareas diarias y contribuyan a crear un ambiente inclusivo, fomentando la colaboración y el respeto mutuo entre todos los trabajadores.

4. Enfoque integral y sensibilizado: Asegurar que los procesos de reclutamiento, selección y contratación sean inclusivos, con profesionales capacitados y sensibilizados para garantizar la igualdad de oportunidades para las personas con discapacidad.

Aunque implementar estas medidas puede ser desafiante, las buenas prácticas van más allá de lo que exige la normativa. Adaptar la inducción, brindar un apoyo interdisciplinario, establecer programas de acompañamiento y promover un enfoque sensibilizado no solo asegura el cumplimiento de la ley, sino que también fomenta una inclusión real de las personas con discapacidad en el entorno laboral.